Juan Lobato anunció su dimisión como secretario general del PSOE de Madrid en medio de una crisis interna que dejó al partido al borde del colapso. La tensión escaló tras las críticas por la divulgación a través de un notario de conversaciones sensibles con un funcionario cercano a la Moncloa, que desató acusaciones de traición dentro del partido. Su salida se produjo cuando Óscar López, actual ministro de Transformación Digital y hombre cercano al presidente Pedro Sánchez, se perfila como su sucesor. Lobato, cuya gestión ya había sido motivo de descontento por la falta de resultados políticos y su frágil liderazgo, provocó reacciones divididas entre sus compañeros, con algunos alcaldes mostrando estupefacción y otros acusando a la dirección centralista de Ferraz de orquestar su caída. La crisis en el PSOE-Madrid subraya la lucha interna por el control regional y la dificultad de afianzar un liderazgo claro en una región crítica para el partido.
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