El reciente informe de FOESSA, elaborado por Cáritas, destaca la grave situación de exclusión social en España a pesar del crecimiento económico. Dos de cada cinco jóvenes enfrentan exclusión, con una “cronificación alarmante” de la desigualdad, donde el origen familiar pesa más que el mérito en la movilidad social. La educación postobligatoria se perfila como esencial para evitar la pobreza. Además, el informe subraya el «malestar generacional» debido a la precariedad laboral y dificultades en el acceso a la vivienda. La pobreza infantil y juvenil se ha disparado, y las mujeres enfrentan una mayor exclusión, especialmente en hogares monoparentales. A pesar del esfuerzo, muchos no logran escapar de la exclusión, reflejando un sistema que falla más que las personas. El documento advierte la creciente precariedad laboral y la dificultad de acceder a vivienda digna, afectando a las clases medias y exacerbando las tensiones sociales, lo que requiere políticas redistributivas efectivas.
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