El próximo 1 de enero, unas 550 personas serán liberadas de prisión en la República Checa debido a una reforma del Código Penal que despenaliza el impago de la pensión alimenticia y suaviza sanciones por posesión y cultivo de cannabis. Sin embargo, no podrán beneficiarse quienes hayan puesto en riesgo de pobreza a sus hijos ni aquellos condenados por otros delitos, aunque se aplicará una reducción proporcional de la pena. Con un sistema penitenciario al 97% de su capacidad, la reforma, firmada por el presidente Petr Pavel, busca aligerar esta presión. Además, permite cultivar hasta tres plantas de cannabis por persona y poseer ciertas cantidades tanto en domicilios como en espacios públicos. La medida también pretende reducir el número de reclusos y la reincidencia mediante multas y penas alternativas.
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