En un emotivo homenaje a las víctimas, el estadio se transformó en una gigantesca bandera simbolizando la unidad y el recuerdo. En un acto cargado de sentimentalismo y esperanza, el central del Valencia, César Tárrega, quien se vio directamente afectado por los eventos, logró marcar el primer gol del partido. Esta acción no solo trajo consuelo a sus seguidores y compañeros de equipo, sino que también subrayó la resiliencia y espíritu de superación en el mundo del deporte. La jornada fue un claro recordatorio de cómo el fútbol puede unir a las comunidades en momentos de duelo colectivo.
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