El laboratorio secreto de Meta está dando mucho de qué hablar, a medida que avanza en su esfuerzo por consolidarse como un líder mundial en inteligencia artificial general (AGI). Una reciente filtración del tecnólogo Deedy Das en la red social X ha revelado que el equipo Meta Superintelligence Labs ya suma 44 especialistas en inteligencia artificial. Este selecto grupo, conformado por investigadores de prestigio, ha despertado tanto admiración como preocupación.
El perfil técnico del equipo no deja lugar a dudas sobre su capacidad. Un 75% de los miembros posee doctorado, y casi la mitad proviene de importantes compañías del sector como OpenAI y DeepMind de Google. Además, su diversidad es palpable, con un 50% de integrantes de origen chino y un 75% de inmigrantes de primera generación. Esta composición, sin embargo, podría traer consigo complicaciones en materia de seguridad y geopolítica, especialmente en las tensas relaciones actuales entre EE. UU. y China.
En cuanto a lo económico, las cifras son sorprendentes. Se especula que los sueldos oscilan entre 10 y 100 millones de dólares anuales, y algunos fichajes estrella, como el de un exjefe de modelos fundacionales de Apple, podrían haber alcanzado bonos de incorporación de hasta 200 millones.
La reorientación de Meta hacia la AGI se produce tras un decepcionante desempeño en el ámbito del metaverso, al cual destinaron más de 46.000 millones de dólares sin lograr una adopción significativa. Ahora, Meta busca recuperar terreno y posicionarse a la vanguardia en el desarrollo de modelos de IA capaces de razonar y resolver tareas complejas de manera autónoma.
Sin embargo, este ambicioso proyecto no está exento de riesgos. La destacada presencia de talento chino ha generado especulaciones sobre posibles investigaciones futuras por parte de autoridades estadounidenses, que podrían enfocarse en temas de filtración tecnológica y seguridad nacional.
Este movimiento estratégico de Meta no solo refleja su intención de rivalizar con gigantes como OpenAI y Google, sino que también subraya la intensificación de la carrera por la superinteligencia a nivel global. Mientras el éxito de la iniciativa depende del talento reunido, también lo hará de la habilidad de Meta para navegar en cuestiones éticas y regulatorias.
En conclusión, Meta se está jugando un gran futuro en el campo de la inteligencia artificial. La apuesta es inmensa, no solo en términos de tecnología, sino también en los potenciales debates sociales y políticos que podrían derivarse de la construcción de uno de los equipos de IA más avanzados del planeta.