Ibtissam Betty Lachgar, una reconocida activista feminista y superviviente de cáncer, ha sido condenada en Marruecos a dos años y medio de cárcel por blasfemia, tras lucir una camiseta con la frase «Alá es feminista». Su familia, encabezada por su hermana Siham, está preocupada por su delicado estado de salud y pide mejoras en sus condiciones de detención. La situación de Betty, quien requiere de una operación urgente debido a una prótesis desgastada, ha generado apoyo internacional y renovado el debate sobre la libertad de expresión en Marruecos, donde la blasfemia se castiga severamente. Organizaciones de derechos humanos denuncian una represión sistemática de la disidencia, mientras se espera que su apelación prospere.
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