En una jornada marcada por la tensión, Jerusalén celebra el Día de Jerusalén con la controvertida Marcha de la Bandera, organizada por la ONG ultranacionalista «Am K’Lavi» y financiada por el Ayuntamiento de Jerusalén. Los manifestantes recorrerán una ruta a través del barrio musulmán, lo que ha suscitado críticas ante posibles enfrentamientos. La policía desplegará miles de agentes y ha instado a la calma. El evento ha sido criticado por incitar al extremismo, y destacados líderes de extrema derecha, como Itamar Ben-Gvir, han contribuido a la tensión con sus acciones provocadoras. La marcha ha despertado oposición dentro de la sociedad israelí, con peticiones para cambiar su recorrido y evitar exponer a los jóvenes a manifestaciones de odio y violencia. Mientras el Ayuntamiento defiende la legalidad de su financiamiento, la marcha sigue siendo un símbolo divisivo que desafía la convivencia en la ciudad.
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