La relación entre Israel y Estados Unidos vive uno de sus momentos más tensos en décadas, en medio de un clima de creciente preocupación en Washington por el potencial de un conflicto directo entre Israel e Irán. Tras los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023 y con las elecciones presidenciales estadounidenses a la vuelta de la esquina, el presidente Joe Biden ha tratado de evitar un mayor involucramiento en Oriente Medio, una región ya compleja por la guerra en Ucrania y el foco estratégico en China. La analista Barbara Slavin critica la falta de presión del gobierno de Biden para lograr un alto el fuego en Gaza, pese a los envíos de armamento a Israel. Las elecciones del 5 de noviembre en EE.UU., que enfrentarán a la vicepresidenta demócrata Kamala Harris y al expresidente republicano Donald Trump, podrían verse afectadas por el curso de estas tensiones regionales. Aunque con diferentes sensibilidades, ambos candidatos mantienen visiones de apoyo a Israel, un aliado histórico cuyo conflicto con Irán constituye un desafío compartido para la política exterior estadounidense.
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