Investigadores han descubierto que la metformina, un medicamento ampliamente utilizado para tratar la diabetes tipo 2, podría tener efectos prometedores en la desaceleración del envejecimiento. Este hallazgo sugiere que el fármaco, conocido por ser accesible y económico, no solo mejora la salud metabólica sino que también podría influir en mecanismos biológicos claves relacionados con el envejecimiento, como la inflamación y el estrés oxidativo. Activando la enzima AMPK, la metformina mejora la eficiencia energética celular y reduce la producción de radicales libres. Ensayos clínicos humanos, como el proyecto TAME iniciado en 2019, están evaluando su potencial para disminuir la incidencia de enfermedades relacionadas con la edad, aunque aún es temprano para recetarla a personas sin diabetes. Este avance es parte de un esfuerzo más amplio en gerociencia para encontrar intervenciones que extiendan la vida saludable.
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