En el evento SC24, Nvidia dejó a la audiencia boquiabierta al desvelar detalles inéditos sobre «Project Denver», el innovador proyecto que dio origen a su primera CPU diseñada para servidores y dispositivos ARM. Dave Ditzel, fundador de Esperanto Technologies, arrojó luz sobre el fascinante recorrido de esta iniciativa que, sorprendentemente, comenzó como una CPU x86 antes de un drástico giro hacia la arquitectura ARM, propiciado por factores legales y estratégicos. Esta revelación ofrece una nueva perspectiva del camino que ha llevado a Nvidia a convertirse en un líder influyente dentro del ecosistema ARM.
El viaje de «Project Denver» comenzó en el terreno del x86, aprovechando las ingeniosas tecnologías de Transmeta, una empresa renombrada por sus audaces diseños de CPU x86. Transmeta había desarrollado la innovadora tecnología Tokamak, capaz de traducir código x86 a un conjunto de instrucciones RISC. Sin embargo, restricciones legales y cuestiones de licencia impulsaron a Nvidia a reimaginar su proyecto y encaminarlo hacia la arquitectura ARM, una decisión que cambiaría el rumbo de la compañía. En 2011, Denver fue anunciado oficialmente, y en 2014 hizo su debut con un chip que combinado efectivamente un decodificador de hardware y una capa de traducción binaria en software, específicamente elaborado para ejecutar código ARM de manera óptima. A pesar del entusiasmo que despertó, el procesador luchó por encontrar su lugar en un mercado de servidores que apenas despertaba al ecosistema ARM.
Pese a las adversidades, «Project Denver» no fue un esfuerzo en vano. Su tecnología se integró en la línea de SoCs Tegra de Nvidia, dando vida a modelos destacados como el Tegra K1 y el Tegra X2. Nvidia refinó su enfoque con la arquitectura Carmel, que brilló en el SoC Tegra Xavier, al combinar núcleos ARM personalizados con una GPU Volta de Nvidia y otros módulos de aceleración especializados. Estos desarrollos sentaron las bases para futuras innovaciones de Nvidia en el ámbito ARM, desembocando en la CPU Grace, diseñada específicamente para potenciar aplicaciones de inteligencia artificial y computación de alta gama. Estos avances ocurrieron en un contexto en el que Nvidia intentó, sin éxito, adquirir ARM, operación vetada por reguladores internacionales.
La saga de «Project Denver» pone de manifiesto los desafíos afrontados por Nvidia al penetrar un territorio dominado por Intel y AMD, titanes con una amplia trayectoria en tecnología x86. Sin embargo, también evidencia la sobresaliente capacidad de Nvidia para adaptarse y prosperar dentro del ambiente competitivo del ecosistema ARM, posicionándose actualmente como una alternativa robusta al x86. Con su enfoque orientado a crecer en sectores como el de centros de datos y dispositivos móviles, particularmente mediante los procesadores Grace, Nvidia busca solidificar su posición en áreas estratégicas de computación de alto rendimiento.
Durante el mismo evento, Ditzel subrayó el emergente potencial de la arquitectura RISC-V como una alternativa abierta a ARM y x86. Con un interés ya evidente en RISC-V, Nvidia podría aprovechar las ventajas de flexibilidad y disminución de restricciones legales que ofrece esta arquitectura, especialmente en un período en que la demanda de personalización y eficiencia en hardware está en su apogeo.
En conclusión, «Project Denver» representa un capítulo crucial no solo en el ámbito técnico, sino como un pilar del actual liderazgo de Nvidia en arquitecturas ARM. A partir de las lecciones aprendidas en este proyecto, Nvidia sigue avanzando hacia un futuro donde la computación personalizada y la inteligencia artificial promueven su visión estratégica de innovación centrada en la demanda del mercado.