El último informe de S&P Global Market Intelligence arroja luz sobre un complejo panorama económico para el año 2025, caracterizado por desafíos políticos y económicos a nivel mundial. La incertidumbre política, las presiones inflacionarias y un endurecimiento de las condiciones financieras son algunos de los factores que influirán en la economía global, según el reciente informe que ofrece un pronóstico detallado de lo que podría ser el próximo año.
En Estados Unidos, aunque se anticipa un aterrizaje suave para la economía, los riesgos están en aumento. Entre ellos se destacan la escasez de mano de obra y la posible introducción de nuevos aranceles. La Reserva Federal podría poner fin a su ciclo de flexibilización monetaria para mediados del 2025, lo cual afectaría las condiciones financieras a nivel global.
Entretanto, el crecimiento de China enfrenta sus propios desafíos, incluidos aumentos en los aranceles sobre sus exportaciones a Estados Unidos y problemas dentro del sector inmobiliario local. Las medidas de estímulo podrían no ser suficientes para alcanzar los objetivos gubernamentales de crecimiento del PIB.
Las economías de Europa Occidental también confrontan un año complicado, con la posible aparición de recesiones técnicas impulsadas por interrupciones en el comercio y la inestabilidad política. Sin embargo, se espera que los bancos centrales regionales continúen reduciendo las tasas de interés para contrarrestar estas amenazas.
Por su parte, las economías emergentes tendrán que maniobrar en un entorno de condiciones financieras desfavorables. Las fuerzas inflacionarias variarán, esperando que en Estados Unidos estas se intensifiquen debido a las políticas internas, mientras que en Europa Occidental y China, las fuerzas desinflacionarias continúan prevaleciendo.
En cuanto a la inflación subyacente, la expectativa es que la inflación de bienes permanezca baja, aunque el incremento en los aranceles podría significar presiones al alza para el 2025. Los precios de las materias primas, incluyendo el petróleo, podrían moderar parte del impacto inflacionario.
A nivel financiero global, la advertencia de una pausa en la flexibilización por parte de la Reserva Federal sugiere un menor nivel de acomodación, lo que, junto con otros vientos en contra, podría ralentizar el crecimiento. En cuanto a las divisas, el dólar estadounidense seguiría fortaleciéndose, con el peso mexicano bajo presión, mientras que el euro y la libra enfrentan desafíos debido a tasas de interés y contextos económicos poco favorables.
El panorama fiscal tampoco es prometedor, con déficits fiscales altos que incrementan los riesgos para la sostenibilidad de la deuda, dado el crecimiento moderado y condiciones de interés menos benévolas.
Ken Wattret, economista global en S&P Global Market Intelligence, ha señalado que serán necesarias estrategias robustas para mitigar los riesgos inflacionarios y enfrentar la inestabilidad política que se anticipa. La adaptación será crucial para gobiernos, empresas y organismos internacionales que buscan operar con éxito en un entorno económico más complejo y competitivo.
S&P Global Market Intelligence reafirma su compromiso en la entrega de análisis precisos y datos fiables, asistiendo a entidades de todo el mundo a navegar en medio de estas probabilidades desafiantes. Mientras el 2025 se aproxima, queda claro que la resiliencia y la previsión se convertirán en piezas clave para afrontar las dinámicas económicas que se avecinan.