En los últimos años, la evolución de la tecnología automotriz ha facilitado la vida de los conductores con avances como los sistemas sin llave. Sin embargo, esta comodidad ha sido aprovechada por delincuentes a través de técnicas de robo como el «relay attack», que les permite interceptar y retransmitir las señales de radio entre la llave y el coche para robarlo en segundos. En respuesta, muchos conductores en Estados Unidos están adoptando un sencillo pero efectivo truco: envolver sus llaves en papel de aluminio para crear una jaula de Faraday improvisada que bloquea las señales y dificulta el acceso no autorizado. Aunque esta técnica no es infalible y puede afectar el uso cotidiano de las llaves, proporciona una capa adicional de seguridad. Expertos recomiendan probar el método y considerar fundas específicas para una protección más efectiva, mientras alertan sobre trucos ineficaces y potencialmente dañinos que circulan en redes sociales.
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