El proceso de cierre de la central nuclear de Almaraz está a punto de comenzar según lo planeado para 2027, en medio de preocupaciones sobre la estabilidad del sistema eléctrico español tras un reciente apagón. La medida, aunque alineada con el Plan Nacional de Energía y Clima, enfrenta críticas debido a la creciente demanda de energías limpias y los riesgos asociados con una reducción de fuentes fiables de energía como la nuclear. España ha avanzado notablemente en la reducción de emisiones de CO₂ y el aumento del uso de energías renovables, pero las características intermitentes de la energía solar y eólica no garantizan el suministro. Con la energía nuclear desempeñando un papel crucial para equilibrar el sistema eléctrico, el debate se centra en la necesidad de prorrogar la vida útil de las centrales nucleares, como Almaraz, para asegurar la continuidad del suministro y evitar posibles aumentos en el uso de gas, los precios y las emisiones. Autoridades y empresas discuten la posibilidad de extender el funcionamiento de estas infraestructuras, procurando que las inversiones en seguridad no recaigan en los consumidores.
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