Las relaciones entre Pekín y Seúl han estado marcadas por tensiones persistentes durante mucho tiempo. A pesar de su cercanía geográfica, ambos países han experimentado momentos de conflicto y reconciliación en diversas áreas, desde lo económico hasta lo diplomático. Estas dinámicas complejas reflejan un historial de disputas y colaboraciones que continúan influyendo en su interacción actual en la región.
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