Donald Trump pretende resolver el conflicto del Sáhara Occidental mediante una controvertida maniobra diplomática que busca enterrar el derecho de autodeterminación saharaui a favor de una autonomía bajo soberanía marroquí. La iniciativa enfrenta un obstáculo clave en Rusia, que ostenta la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU. Mientras Putin señala que cualquier solución debe respetar la autodeterminación, Washington busca consolidar su influencia en el norte de África. La postura final del Kremlin, que podría inclinar este juego geopolítico, aún es incierta y se espera que se dirima en los próximos días, en un contexto de tensiones internacionales y estrategias diplomáticas.
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