Sentado en una lujosa mesa en el Kremlin, Putin realizó un movimiento estratégico destinado a resonar más eficazmente en la Casa Blanca que en las oficinas de Volodimir Zelenski. Este gesto, lanzado en el momento del ‘prime time’ estadounidense, parece diseñado para influir en la política internacional, reflejando las tensiones actuales entre Rusia y Occidente.
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