El lenguaje corporal ofrece pistas reveladoras sobre el estado emocional de las personas. Un gesto común y discreto como llevar las manos unidas detrás de la espalda mientras se camina puede transmitir introspección y concentración, según expertos en comunicación no verbal. Esta postura no solo proyecta calma y serenidad, sino que también facilita la reflexión profunda y la organización mental, aspectos valiosos para quienes buscan claridad. Es habitual ver a docentes e investigadores adoptando esta postura, interpretada como un breve aislamiento del ajetreo diario.
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