En el trayecto costero de Palamós a la playa de Castell, en la Costa Brava, el Estudio Martí Franch ha realizado una intervención paisajística sutil pero transformadora, destinada a la protección y realce del entorno natural. Con un enfoque centrado en el cuidado y el respeto, los arquitectos han implementado ligeras modificaciones, como barandillas en puntos críticos, manteniendo intactas las vistas. Este proyecto, finalista del Premio Europeo de Espacio Público, busca ordenar el flujo turístico y proteger el frágil ecosistema ante la amenaza de la masificación. Se han recuperado hábitats degradados y se ha replanteado la vegetación para mitigar el riesgo de incendios. Al añadir 3,6 kilómetros de senderos peatonales, el proyecto favorece un acceso más controlado y sostenible, con 19 nuevos miradores que ofrecen vistas espectaculares, todo con la intención de integrar de manera discreta las intervenciones humanas en el paisaje. Esta iniciativa no solo aporta beneficios ambientales y de salud, sino que también tiene un impacto social, ya que algunos visitantes han comenzado a llegar a pie, contribuyendo a una experiencia más respetuosa y auténtica.
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