Aumentar la actividad física, incluso mediante simples acciones como levantarse y caminar, contribuye significativamente a la regulación del metabolismo de las grasas y a la prevención de enfermedades coronarias, según expertos en salud. La incorporación de movimiento regular en la rutina diaria se destaca como una medida efectiva para mejorar la salud cardiovascular y reducir el riesgo de afecciones cardíacas.
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