Los expertos señalan la importancia de proteger el suelo afectado por incendios durante el primer año tras el siniestro. Este periodo es crucial para facilitar la recuperación del ecosistema y prevenir la erosión, que puede aumentar debido a la falta de vegetación. Recomiendan adoptar medidas como la reforestación y la creación de barreras naturales para evitar la pérdida de suelo y promover un entorno favorable para el crecimiento de nuevas plantas, lo cual es esencial para restaurar la biodiversidad y la salud del terreno incendiado.
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