El primer ministro de Nepal, Khagda Prasad Sharma Oli, renunció tras intensas protestas en el país, desencadenadas por el intento del gobierno de bloquear redes sociales como parte de una campaña para combatir el uso indebido de estas plataformas. La medida generó un rechazo masivo, especialmente entre los jóvenes de la generación Z, que manifestaron su descontento en las calles de Katmandú, donde algunos llegaron a incendiar el Parlamento. Las protestas, que reclamaban también el fin de la corrupción y la rendición de cuentas de los funcionarios, resultaron en al menos 19 muertos y centenares de heridos. Ante la presión y la acusación de uso excesivo de la fuerza contra manifestantes, Oli dimitió en un contexto de creciente inestabilidad política y económica en el país del Himalaya.
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