El mercado de memorias de alto ancho de banda (HBM) se encuentra en medio de un contexto competitivo extremo, con Samsung Electronics planeando un estratégico movimiento para recuperar su posición. Tras haber perdido espacio frente a SK hynix y Micron, Samsung busca posicionarse firmemente en la cadena de suministro de NVIDIA, el mayor comprador mundial de memorias HBM debido al auge de las aplicaciones de inteligencia artificial.
Con la próxima generación de GPU “Rubin” en el horizonte, asegurar un contrato con NVIDIA implica ganancias multimillonarias. Para lograrlo, Samsung ha decidido adoptar una estrategia de alto riesgo, produciendo un volumen significativo de muestras de HBM4 para compensar los rendimientos actualmente bajos de sus procesos de fabricación.
A pesar de que SK hynix y Micron han avanzado con memorias DRAM de quinta generación, Samsung opta por la sexta generación (1c), apostando fuerte a su dominio en litografía EUV y capacidad de producción a gran escala para inclinar la balanza a su favor.
En el contexto actual, Samsung se enfrenta a un marcado retraso respecto a sus competidores que ya han entregado muestras a NVIDIA. Sin embargo, Samsung no se rinde y parece dispuesto a lanzar una guerra de precios, reduciendo radicalmente los márgenes para desplazar a sus rivales.
A pesar de enfrentar costos de producción significativamente más altos que el HBM3E, Samsung planea ofrecer precios más competitivos, sacrificando inicialmente la rentabilidad para ganar terreno frente a un líder de mercado que aspira a mantener altos márgenes.
Este enfoque recuerda a las estrategias adoptadas por Samsung en crisis previas del mercado DRAM, donde la empresa, haciendo uso de su músculo financiero, superó a competidores menos resilientes. Ahora, busca repetir la historia en un mercado tan concentrado como el de la memoria HBM.
Internamente, la ofensiva cuenta con el respaldo del presidente de Samsung, Lee Jae-yong, y la máxima dirección de su división de semiconductores, reforzando la relación con NVIDIA, simbolizada por una reunión reciente con su CEO, Jensen Huang.
No obstante, la estrategia no está exenta de riesgos: márgenes de ganancia reducidos, feroz competencia, dependencia de un único cliente y desafíos técnicos que podrían afectar su capacidad de cumplir con las exigencias del mercado.
La apuesta de Samsung es clara: lo arriesga todo para recuperar su posición de liderazgo en el ámbito del HBM4. El tablero de la inteligencia artificial es complejo y el éxito de su ofensiva dependerá de si puede convencer a NVIDIA y asegurar así su lugar en una cadena de suministro crítica en la era digital actual.