Las tensiones entre Israel y Qatar han escalado tras el reciente bombardeo israelí en Doha, dirigido a líderes de Hamás que discutían propuestas de alto al fuego. Este ataque, que dejó víctimas pero no logró eliminar a figuras clave de Hamás, ha tensado las relaciones diplomáticas y puesto en riesgo los esfuerzos de mediación de Qatar, un aliado crucial tanto para EE. UU. como para la estabilidad en la región. La respuesta internacional ha sido de condena, destacando la crítica de Qatar y otros países del Golfo, que ven el ataque como una violación grave de la soberanía. Estados Unidos, aunque informado del ataque, aseguró que su aviso a Qatar llegó después del acontecimiento. La situación complica aún más la búsqueda de una resolución pacífica en Gaza, aumentando la posibilidad de un conflicto prolongado y elevando las tensiones regionales.
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