El reciente acuerdo de alto el fuego en el Mar Negro entre Rusia y Ucrania, promovido por la Casa Blanca, ha generado críticas y dudas sobre su viabilidad real. Bill Browder, activista de derechos humanos, ha calificado el pacto como una ficción que beneficia más a Rusia, facilitándole el comercio agrícola a cambio de promesas vagas. Mientras la tregua parece aliviar algunas tensiones en esa estratégica zona marítima, Rusia continúa sus ataques sobre Ucrania y mantiene condiciones para su cumplimiento, como el levantamiento de sanciones económicas. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, expresa escepticismo y advierte que su país no cederá fácilmente ante las presiones rusas y estadounidenses. La situación evidencia un escenario de tensiones negociadoras donde la paz parece distante y las aspiraciones ucranianas quedan en suspenso.
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