El presidente estadounidense realiza una visita a una región transformada donde las relaciones con sus aliados clave, Israel y Arabia Saudí, se han enfriado. Esta situación refleja un cambio en las dinámicas geopolíticas, que podría influir en futuros acuerdos y colaboraciones en el Medio Oriente, evidenciando desafíos crecientes en el fortalecimiento de alianzas estratégicas.
Leer noticia completa en El Mundo.