La reciente orden presidencial habilita a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos a ejecutar operaciones militares directas en territorio extranjero contra ciertos grupos. Esta decisión otorga una base legal para actuar más allá de sus fronteras, ampliando el alcance de las intervenciones militares en un contexto internacional cada vez más complejo. La medida busca reforzar la seguridad nacional enfrentando amenazas globales, aunque podría generar controversias sobre la soberanía de otros países y el alcance del poder militar estadounidense. La implementación de esta orden podría cambiar significativamente la dinámica de las relaciones internacionales.
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