En un contexto marcado por tensiones internacionales y revisiones económicas, el brutal asesinato de Iryna Zarutska, una refugiada ucraniana en Charlotte, ha encendido una intensa controversia política en Estados Unidos. El ataque, captado en video, muestra a Zarutska siendo apuñalada por Decarlos Brown Jr., un hombre con historial de enfermedad mental y antecedentes penales. La Casa Blanca y el presidente Donald Trump han usado el incidente para criticar la gestión demócrata en las ciudades y demandar políticas más severas. Este caso ha profundizado la división política, incorporando elementos raciales y mediáticos, mientras medios conservadores lo contrastan con la atención a otros escándalos, como una polémica felicitación atribuida a Trump.
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