El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Melania Trump, participaron en una tradición anual entregando dulces a niños disfrazados en la Casa Blanca, como parte de las celebraciones de Halloween. Trump, recién llegado de una gira por Asia, participó por más de una hora en el evento, que se llevó a cabo frente a una entrada decorada de la residencia presidencial. Destacaron disfraces de T-Rex, soldados y hasta un niño vestido como el propio Trump, quien chocó los puños con el presidente. Desde hace más de tres décadas, la Casa Blanca mantiene esta tradición, recibiendo a niños para un recorrido y una entrega de dulces.
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