Las autoridades ucranianas han denunciado a Rusia por un presunto crimen de guerra tras el ataque a un hospital en la región de Járkov, que resultó en la muerte de dos personas y dejó 25 heridos, incluido una joven de 15 años en estado grave. Según el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania, este ataque forma parte de una serie de acciones hostiles desde el inicio de la invasión. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, señaló que estos bombardeos con drones y misiles, algunos balísticos, son casi diarios y que la resistencia a las mismas es constante. Zelenski reafirmó su negativa a negociar directamente con Vladímir Putin, describiendo el proceso como un diálogo infructuoso. Rusia, por su parte, no se ha pronunciado sobre esta acusación específica y se ha limitado a informar sobre la destrucción de drones ucranianos.
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