El primer ministro británico, Keir Starmer, ha mantenido una conducta estratégica de no confrontación ante las provocaciones del presidente estadounidense, Donald Trump, lo cual parece haber comenzado a rendir frutos. El vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, ha expresado optimismo sobre la posibilidad de concretar un gran acuerdo comercial con el Reino Unido. Tras la visita de Starmer a la Casa Blanca en febrero, ambas naciones han negociado un nuevo marco económico. A pesar de la reciente imposición de aranceles de Trump, el Reino Unido recibió un trato más favorable en comparación con los países de la UE. No obstante, las medidas proteccionistas aún afectan a importantes exportaciones británicas como acero y automóviles. Starmer enfrenta críticas por la falta de resultados concretos, aunque las recientes declaraciones de Vance sugieren un respaldo provisional a este enfoque. Por su parte, el Gobierno británico apunta a consolidar una relación comercial sólida mientras busca fortalecer su debilitada economía. Una próxima reunión en Washington podría ser vital para avanzar en las negociaciones comerciales.
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