Un apagón eléctrico de gran magnitud en España paralizó las principales ciudades durante horas, resaltando la vulnerabilidad del sistema de pagos digitales y la necesidad de tener efectivo disponible. La interrupción, iniciada por un fallo en la interconexión eléctrica con Francia, afectó a Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía. Este corte impidió el uso de tarjetas bancarias y plataformas de pago electrónico, causando colapsos en comercios y transportes. Las autoridades aseguraron que los datos bancarios no estuvieron comprometidos. El incidente supone un revés para el euro digital, respaldando la importancia del efectivo frente a fallos tecnológicos. Por la tarde, el suministro eléctrico comenzó a normalizarse, pero muchos lugares optaron por pagos exclusivamente en efectivo, destacando la necesidad de una planificación de emergencias en un mundo interconectado.
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