Cada verano, los pequeños municipios, playas y espacios naturales de España se visten de gala para recibir festivales de música, eventos culturales y fiestas populares. Sin embargo, detrás del bullicio y la música, acecha uno de los desafíos logísticos más apremiantes: la falta de conexión a Internet. En estas áreas, la ausencia de fibra óptica y la insuficiente cobertura móvil han convertido la conectividad en un reto crucial para el correcto funcionamiento de los eventos.
La operatividad de los festivales depende de una infraestructura digital que va desde la venta de entradas y el uso de datáfonos hasta la coordinación de seguridad y la transmisión en directo para los medios. Rodrigo Ladrón De Guevara, CEO de Serenae, especializada en soluciones de conectividad temporal, señala que «mucha gente da por hecho que habrá conexión, pero en estos entornos no es tan evidente. La conectividad es ya una parte estructural del evento».
Un reciente Informe de Cobertura de Banda Ancha del Gobierno, divulgado en 2024, revela que existen más de 2.600 zonas en España sin garantía de una velocidad mínima de 100 Mbps. La brecha digital entre las áreas urbanas y rurales persiste, a pesar de ciertas mejoras.
En este contexto, las redes Wi-Fi temporales vía satélite surgen como la solución más eficiente y rápida. Pueden montarse en pocas horas sin necesidad de obra civil, torres ni cableado. Funcionan mediante antenas portátiles conectadas a satélites geoestacionarios, asegurando cobertura en cualquier rincón del país.
Serenae colabora con promotores y ayuntamientos para instalar estas redes, permitiendo que los eventos se desarrollen con normalidad incluso en zonas sin cobertura terrestre. “Instalamos el equipo, lo activamos y en menos de una hora la red está funcionando. Es una solución pensada precisamente para estos contextos: rápida, flexible y capaz de cubrir las necesidades técnicas sin depender de la red móvil o fija”, añade Ladrón De Guevara.
La Asociación de Promotores Musicales (APM) estima que en España se celebran más de 870 festivales de música al año, muchos situados en municipios con menos de 10.000 habitantes o en áreas naturales remotas. Durante estos días, estos enclaves reciben a miles de asistentes y requieren una tecnología que funcione como si estuvieran en el centro de una gran ciudad.
Aunque el público desea compartir sus experiencias en redes sociales, los organizadores son quienes más dependen de una conexión robusta para garantizar la seguridad y eficiencia del evento. En ausencia de alternativas terrestres, el satélite emerge como la herramienta clave para asegurar la conectividad inmediata y sin contratiempos.