El camarlengo es una figura clave en el Vaticano, especialmente en momentos de «sede vacante», cuando la Iglesia Católica se encuentra en la transición de elegir un nuevo Papa tras la muerte o renuncia del pontífice. Actualmente, este rol es desempeñado por el cardenal Kevin Joseph Farrell, nombrado por el Papa Francisco en 2019. De origen irlandés y nacionalizado estadounidense, Farrell también lidera el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. El camarlengo es responsable de verificar oficialmente la muerte del Papa, sellar sus aposentos y administrar el Vaticano temporalmente hasta la elección del nuevo líder de la Iglesia. En un contexto donde la salud del Papa Francisco suscita preocupación, el papel del camarlengo y su habilidad para gestionar una transición papal ordenada cobran una importancia trascendental. Este puesto no solo asegura la continuidad del gobierno eclesiástico, sino también el cumplimiento de las tradiciones centenarias durante el cónclave. A lo largo de la historia, camarlengos como Eduardo Martínez Somalo y Tarcisio Bertone han sido fundamentales en momentos críticos, lo que subraya la relevancia del cardenal Farrell en la situación actual.
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