Colombia ha sido escenario de un repunte significativo en la violencia, lo que se manifiesta en un alarmante incremento en el número de masacres y asesinatos colectivos. Según cifras recientes, se han registrado más de 60 masacres en lo que va del año, con al menos 220 víctimas mortales. Este preocupante fenómeno se concentra principalmente en ciertas regiones del país, afectadas históricamente por el conflicto armado y el narcotráfico, donde múltiples grupos armados ilegales continúan operando a pesar de los esfuerzos del gobierno por controlar la situación. La violencia se ha exacerbado en zonas estratégicas tanto para el control territorial como para las rutas del narcotráfico, destacándose la necesidad urgente de una intervención estatal más efectiva y una política de seguridad integral que proteja a las comunidades más vulnerables.
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