Un reciente estudio llevado a cabo por el Instituto de Investigación del Hospital del Mar, en colaboración con el ayuntamiento de Caldes de Montbui, ha revelado la eficacia de la balneoterapia en el tratamiento de los síntomas de la COVID persistente. Esta técnica, que aprovecha las propiedades de las aguas termales, ha demostrado reducir significativamente el dolor y la fatiga en quienes padecen esta condición, además de mejorar la calidad del sueño y los niveles de ansiedad.
El ensayo clínico fue publicado en la prestigiosa revista BMC Complementary Medicine and Therapies y constó de un análisis a cien individuos diagnosticados con COVID persistente. De este grupo, la mitad participó en un programa de ejercicios en aguas termales, mientras que los demás continuaron con sus actividades cotidianas. Los hallazgos fueron contundentes: aquellos que participaron en la balneoterapia presentaron el doble de probabilidades de mejorar sus síntomas en comparación con quienes no lo hicieron.
La Dra. Natàlia Garcia-Giralt, integrante del grupo de Investigación Musculoesquelética del Hospital del Mar, informó que el tratamiento fue crucial para reactivar la capacidad física de los pacientes, muchos de los cuales presentaban limitaciones severas debido a la enfermedad. Durante un mes, los participantes asistieron a 12 sesiones en las Termas Victòria, donde efectuaron ejercicios de respiración en el agua, duchas circulares y actividades físicas ligeras.
El 75% de los participantes manifestó una notable reducción en la fatiga y el dolor tras las sesiones, beneficios que persistieron después del tratamiento. No obstante, las mejoras en la calidad del sueño y la ansiedad no se mantuvieron a largo plazo. Esta investigación ofrece un rayo de esperanza para el 10% a 20% de personas que, al superar la COVID-19, desarrollan síntomas persistentes sin un tratamiento específico actualmente disponible.
Ante esta situación, la Dra. Diana Ovejero expresó que la balneoterapia se perfila como una alternativa segura y bien tolerada, capaz de aliviar síntomas como el dolor musculoesquelético y la fatiga. El equipo de investigación sugiere que esta terapia podría formar parte de un abordaje multidisciplinario y personalizado para la COVID persistente, brindando nuevas esperanzas a quienes sufren sus prolongados efectos.
En consonancia con los resultados alentadores, la Dra. Garcia-Giralt ha iniciado un nuevo estudio para investigar los beneficios de la balneoterapia en mujeres con cáncer de mama que reciben tratamiento con doble supresión estrogénica, con el objetivo de mitigar los efectos secundarios de estas terapias.