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Investigación sobre el Amaño de Primarias en el PSOE: Reacciones y Consecuencias para el Partido Popular de Andalucía

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Montero con Cerdán Sánchez y Salazar

La figura de María Jesús Montero se presenta como el eje central de las diversas ramificaciones de la corrupción que afectan al PSOE en Andalucía. Investigaciones judiciales, informes de la UCO y testimonios públicos establecen que Montero, actual vicepresidenta primera del Gobierno y secretaria general del PSOE andaluz, no puede desvincularse del entramado que compromete tanto la gestión institucional como la vida interna del partido.

Uno de los puntos más críticos de esta red es la trama PSOE, que ha sacado a la luz conexiones directas entre empresarios granadinos y figuras cercanas a Montero. Recientes audios y transcripciones judiciales han comprometido a Antonio F. M., conocido como «Toño», empresario relacionado con contratos públicos de la Delegación del Gobierno en Andalucía. Este estaba bajo la responsabilidad de Pedro Fernández, actual delegado del Gobierno y secretario general del PSOE en Granada.

Toño actuó como asesor entre abril de 2021 y octubre de 2022, y documentos de la Guardia Civil revelan que continuó en contacto con la trama aun después de su salida del cargo. En una conversación interceptada con Koldo García, exasesor de José Luis Ábalos, se evidencia una presunta coordinación para obtener adjudicaciones públicas. Esta situación se desarrolla bajo el mandato de Montero en Hacienda, donde su gabinete está señalado por haber facilitado procedimientos clave para los intereses de la red.

La corrupción en el PSOE andaluz se expande más allá del ámbito empresarial. El escándalo del pucherazo en las primarias del PSOE en Córdoba añade una nueva dimensión de gravedad. Francisco Estepa, exalcalde socialista de Guadalcázar, ha denunciado una afiliación masiva fraudulenta para manipular el censo de votantes en la elección interna del candidato a la Junta de Andalucía en 2021. Esta operación, según Estepa, se realizó sin su conocimiento y con la complicidad de altos cargos del partido.

Directamente implicada en este episodio se encuentra Rafi Crespín, actual secretaria general del PSOE en Córdoba y miembro del círculo de confianza de Montero. A pesar de su intento por desvincularse de los hechos, su cercanía a los poderes del partido hace insostenible esa coartada. Las primarias del PSOE en Andalucía en 2021 fueron objeto de presuntas irregularidades, como el uso de empleados municipales para inflar el censo, promesas de cargos a cambio de votos y afiliaciones con firmas falsas. Todas estas irregularidades, se sospecha, contaron con el conocimiento de la dirección nacional encabezada por Pedro Sánchez.

Ana María Fuentes, actual gerente del PSOE y designada por Montero, también aparece en este entramado. Se la menciona en informes de la UCO por su presunta participación en adjudicaciones irregulares y por haber otorgado poderes a un bufete para actuar judicialmente contra el Gobierno andaluz. En conversaciones interceptadas, se menciona una posible financiación paralela y opaca que, de acuerdo a varias fuentes, no se realizaría sin el consentimiento de Montero.

En su papel en el Ministerio de Hacienda, el gabinete de Montero también se asocia con gestiones directas involucrando a comisionistas. La mediación de su equipo permitió que una empresa evitara ser incluida en la lista de morosos de la Agencia Tributaria a cambio de 25.000 euros en efectivo. Montero, en mensajes internos, se refirió a esta red como “nuestro equipo”, lo que refuerza la idea de su complicidad activa en el asunto.

A medida que se acumulan informes judiciales, la figura de Montero se desploma bajo el peso de las pruebas. El PSOE intenta, sin éxito, proyectar una imagen de normalidad. En contraste, el Gobierno de Juanma Moreno ha demostrado ser una alternativa de transparencia y eficiencia. Mientras el PSOE enfrenta escándalos, Andalucía bajo el PP supera en crecimiento económico, atracción de inversión y recuperación de empleo.

Montero, al frente de un PSOE asediado por escándalos, se ha convertido en símbolo de un modelo agotado y opaco que ya no convence ni dentro ni fuera del partido. El epicentro de la corrupción socialista tiene nombre y apellido, y las miradas se centran en María Jesús Montero.

Fuente: Partido Popular Andalucía

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