La realidad de los jóvenes en sociedades capitalistas está marcada por una serie de desafíos que, frecuentemente, son malinterpretados y simplificados en narrativas estigmatizantes. Uno de los términos que ha ganado terreno en este contexto es el de «nini», una etiqueta despectiva que se aplica a aquellos jóvenes que ni estudian ni trabajan. Esta designación no solo es injusta, sino que también perpetúa una visión negativa de un colectivo que se enfrenta a dificultades estructurales en el entorno laboral y educativo.
En muchas ocasiones, se criminaliza a la población trabajadora, asignándole la culpa de los problemas económicos y sociales que enfrentan las sociedades. Esta tendencia se intensifica cuando se trata de la juventud, un sector particularmente vulnerable que se ve afectado por recortes y ajustes en áreas como la educación y el empleo. La narrativa que rodea a los jóvenes «nini» ignora las complicadas realidades que subyacen a su situación, como la falta de oportunidades laborales dignas, la precariedad de los contratos y las dificultades para acceder a una educación que responda a sus necesidades y aspiraciones.
Desde organizaciones como CCOO, se lucha para desmantelar este discurso dañino y proponer una visión más justa y comprensiva de la juventud actual. Es fundamental reconocer que muchos de estos jóvenes, pertenecientes a generaciones como la Y (Millennials) y la Z, no están eligiendo la inactividad, sino que a menudo se encuentran atrapados en un sistema que no les brinda las herramientas ni las oportunidades para desarrollarse plenamente. Combatir la estigmatización de los jóvenes es un paso crucial para fomentar un entorno social y económico más equitativo, donde cada individuo tenga la posibilidad de contribuir y prosperar sin ser juzgado por su situación actual.
La transformación de este imaginario colectivo es esencial para promover políticas que realmente aborden las necesidades de la población joven, ofreciendo alternativas reales que les permitan formarse y participar activamente en el mercado laboral. Solo a través de un cambio en la narrativa y el reconocimiento de los retos que enfrentan, será posible construir un futuro en el que la juventud no sea vista como un problema, sino como un potencial invaluable para la sociedad.
Fuente: CCOO Andalucía.