636 días después de los ataques de Hamás, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, visitó el kibutz Nir Oz, una de las comunidades más afectadas, generando controversia y protestas. Netanyahu llegó evitando la entrada principal, donde manifestantes lo acusaron de abandono. Durante su visita, se reunió con familias de rehenes, mientras que otros lo consideraron ofensivo y oportunista. Las familias de 35 rehenes emitieron una carta pidiendo un acuerdo integral para liberar a todos los cautivos y poner fin a la guerra. La visita dejó en evidencia la profunda fractura social y las heridas abiertas por el conflicto.
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