La guerra de precios entre Renfe, Iryo y Ouigo ha generado pérdidas insostenibles de 245 millones de euros en 2023, lo que ha obligado a las compañías a recurrir a sus accionistas para evitar la bancarrota. Iryo, que transportó seis millones de pasajeros el año pasado, reportó pérdidas de 79 millones de euros y enfrenta un fondo de maniobra negativo. Para mantenerse a flote, ha recibido ampliaciones de capital por 90 millones de euros de sus accionistas, Trenitalia, Air Nostrum y Globalvia Infraestructuras. Ouigo, por su parte, perdió 43 millones de euros con 4,6 millones de pasajeros y debe comenzar a amortizar un préstamo de 200 millones de euros en 2025. Renfe también sufrió pérdidas significativas, de 123 millones de euros. La situación ha llevado a diversas voces, incluido el ministro de Transportes, Óscar Puente, a pedir el fin de esta «guerra», que aunque beneficia a los pasajeros con billetes baratos, es financiada por los presupuestos públicos de España, Francia e Italia.
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