En un contexto de tensión política por las políticas migratorias de Donald Trump, más de 72,000 aficionados, principalmente mexicanos, asistieron al estadio NRG en Texas para presenciar el clásico entre Estados Unidos y México. La selección mexicana, considerada local por el apoyo de la afición, venció 2-1 y se llevó la Copa Oro. Bajo la dirección de Javier Aguirre, el equipo busca fortalecer su preparación para el Mundial de 2026. El partido comenzó con un gol temprano para EE. UU., pero México reaccionó, empatando con un gol de Raúl Jiménez y asegurando la victoria con un tanto de Edson Álvarez, validado tras revisión del VAR. El auxilio de Rafa Márquez fue clave para contener los intentos de empate de Estados Unidos. Esta victoria se suma al triunfo previo en la Nations League y permite a México afrontar con tranquilidad su camino al Mundial.
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