En una medida excepcional, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha decidido retirar del diario de sesiones las palabras de un diputado que defendió la dictadura durante un debate en la Cámara. Este acto busca mantener el respeto y la integridad del discurso parlamentario, evitando que afirmaciones que glorifican regímenes totalitarios queden registradas de forma oficial. La decisión ha generado diversas reacciones entre los parlamentarios, con algunos apoyando la censura de palabras de esta naturaleza, mientras que otros consideran que podría sentar un precedente sobre la limitación de la libertad de expresión en el ámbito legislativo. Esta acción subraya el delicado equilibrio entre preservar la memoria democrática y asegurar el libre intercambio de ideas en el Congreso.
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