La Consejería de Salud y Consumo ha lanzado un innovador Proceso Asistencial para el Deterioro Cognitivo a través de su Secretaría General de Planificación Asistencial y Consumo. El enfoque nuevo permite un diagnóstico temprano desde las primeras sospechas, lo cual propicia una atención de calidad desde el inicio de los síntomas para los pacientes y sus cuidadores.
Integrado por profesionales de neurología, medicina interna, medicina familiar y comunitaria, enfermería, trabajo social y farmacia hospitalaria, este proceso busca mejorar la calidad asistencial de personas con deterioro cognitivo en Andalucía. Se han desarrollado recomendaciones destinadas a facilitar la coordinación interprofesional de distintas áreas asistenciales y reducir la variabilidad no explicada en las actividades destinadas a estos pacientes.
El proceso se fundamenta en la evidencia científica para formular recomendaciones efectivas, influenciando desde el diagnóstico hasta la calidad de prescripción y las pruebas complementarias. También se enfoca en el tratamiento de síntomas conductuales difíciles de manejar para los familiares y cuidadores, además de la creación de un Plan de Acción Personalizado compartido por los profesionales a cargo de los pacientes. Los planes de cuidado incluyen valoraciones paliativas y la realización de voluntades vitales anticipadas.
La metodología desarrollada se basa en Guías de Práctica Clínica rigurosamente seleccionadas y evaluadas mediante la herramienta AGREE-II, junto con consensos grupales entre los profesionales implicados en su elaboración. También se incluyeron contribuciones de varias sociedades científicas y asociaciones colaboradoras en la revisión final.
El novedoso proceso fue presentado por Emilio Franco Macías, coordinador científico y especialista en neurología, y Raquel Gallardo Avilés, coordinadora metodológica, durante el Congreso de la Sociedad Andaluza de Neurología en Cádiz.
El deterioro cognitivo, con la enfermedad de Alzheimer como su principal causa, representa un importante reto de salud pública. A medida que la población envejece y sin un tratamiento efectivo para frenar el avance de la enfermedad, la situación solo se complica. Estimaciones recientes indican que más de 700,000 personas mayores de 40 años están afectadas en España, una cifra que se espera que se duplique, alcanzando cerca de dos millones para el año 2025.
Fuente: Junta de Andalucía.